Liberalizar para bajar precios

por
Roger Senserrich
en POLITIKON. es
19 octubre, 2012

En 1978 Jimmy Carter, uno de los presidentes más (injustamente) vilipendiados de
Estados Unidos, hizo caso a los economistas y aprobó una reforma muy sencilla en el
transporte aéreo. Tras décadas de precios regulados, limites a la cantidad de aerolíneas
ofreciendo cada trayecto y restricciones a la competencia varias, el Presidente liberalizó
completamente los vuelos domésticos. Los resultados no se hicieron esperar:


Lo que vemos es el precio de un billete de avión para un trayecto doméstico en Estados
Unidos, ajustado por inflación. Dejando de lado las subidas de los últimos años (siguiendo
la escalada de los precios del crudo) la tendencia es clara: la competencia forzó a las
líneas aéreas a bajar precios y recortar costes. Las compañías son ahora muchísimo más
eficientes llenando asientos; la ocupación media de los vuelos durante los años sesenta
estaba por debajo del 60%, mientras que ahora está por encima del 80%. Un avión
esencialmente cuesta básicamente lo mismo de operar si va medio vacío que si va hasta
los topes, pero el coste medio por pasajero es mucho menor en el segundo caso.

Todas esas eficiencias, sin embargo, no han traído demasiado dinero a los accionistas. El
margen de beneficios del sector los dos últimos años está por debajo del 2%, y estos han
sido tiempos de gloria. Desde 1979 el sector ha perdido 37.000 millones de dólares en
agregado, en una muestra de lo increíblemente competitivo que es este mercado.
El caso americano, por cierto, no tiene nada de único; cuando la Unión Europea se decide
a liberalizar el transporte aéreo, los resultados son muy parecidos.

Cuando me preguntan  por qué estoy a favor de liberalizar el transporte ferroviario en España, este es uno de los principales motivos. Recordad como Iberia podía cobrar 500-600 euros por un vuelo a
París hace veinte años, y lo fácil que es encontrar vuelos a precio decente ahora. La estructura de costes de Renfe (y su afición a llevar trenes medio vacíos) no es demasiado distinta a la de Iberia en sus años de compañía pública. Si la liberalización se hace bien (no es difícil, pero hablamos de un gobierno Rajoy) el transporte ferroviario probablemente mejore mucho en gran parte de España.


Sí, he dicho “en gran parte”. El ferrocarril es un medio de transporte que se distingue por
poder llevar cantidades descomunales de viajeros o mercancías con costes bajísimos,
siempre y cuando tengamos suficiente tráfico. Un vía doble electrificada normalita (sin ser
LAV o necesitar sistemas de señalización demasiado especiales) tiene la misma
capacidad que una autopista de seis carriles; al fin y al cabo. Del mismo modo que mover
un 737 con 20 pasajeros a bordo nunca es rentable, mantener una línea de tren en
relaciones con 200-300 pasajeros diarios es también tirar dinero. En España hay bastante
líneas regionales que, mal que nos pese, estarían mejor servidas con autobuses, ya que
las poblaciones que sirven sencillamente no generan suficiente tráfico
. En algunos casos,
si la operadora ferroviaria no es completamente estúpida, estos destinos pueden aún tener
servicio con trenes ligeros (Stadlers o similar) enlazando con la línea general. En muchos
casos, sin embargo, especialmente en líneas que no tengan tráfico de mercancías (que
necesitan una infraestructura bastante más sencilla y barata de mantener), veremos
autobuses. Y mira que me duele.
Pero bueno, es un cambio a mejor. Por mucho que me gusten los trenes, menos me gusta
aún tirar dinero. Y en el sector ferroviario en España tiramos dinero en muchos sitios, eso
no hay duda.


http://politikon.es/2012/10/19/bajar-precios-gracias-una-liberalizacion/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es absurdo, por inviable, pensar en múltiples compañías ferroviarias compitiendo libremente como pudieran haer las aerolíneas norteamericanas.
Ese camelo ya se utilizó con la famosa 'liberalización' de las gasolineras y no nos hemos beneficiado en nada.
Hay que darse cuenta de que, en estos momentos en que no hay dinero en España, la palabra 'liberalizar' es un eufemismo que significa realmente EXTRANJERIZAR, es decir, entregar nuestras empresas al capital extranjero.
Para ello previamente se ha seguido un proceso de endeudamiento innecesario que ponga a las empresas públicas al borde de la ruina, tal como ha hecho AENA o Paradores, por solo citar dos.