30 noviembre, 2006

Transferencia de las Cercanías de Barcelona



Ojo con el modelo de descentralización del ferrocarril: ya se vislumbran nuevos despropósitos. El caso de las Cercanías de Barcelona.

Por
José Enrique Villarino Valdivielso
Economista

La liberalización del ferrocarril ya se ha producido en el transporte de mercancías. En 2010, salvo moratoria de última hora, se producirá la de viajeros. No obstante, con la transferencia de servicios ferroviarios contemplada en el Estatuto Catalán, la operación de nuevas compañías que no sea RENFE Operadora va a producirse de inmediato. FGC, Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña, a instancias de esta institución, dice que va a operar en 2007 trenes de alta velocidad (en realidad, velocidad alta, a 250 km/h) en la relación Barcelona-Lérida para prestar un servicio regional denominado de altas prestaciones, con frecuencias de trenes cada 60 min y 30 min en períodos punta. Esta iniciativa se extenderá en 2009 a todas las capitales catalanas. Esta operadora, tiene previsto alquilar los trenes a RENFE, ya que es imposible disponer de unidades en tan corto plazo de tiempo, o bien, para el futuro, adquirirlos al cartel internacional de fabricantes.

Tan brillante idea no es más que un nuevo despropósito de los muchos a los que he tenido que asistir en ya mi larga experiencia profesional en el ferrocarril llevados a cabo por los políticos y buena parte de los gestores públicos, salvo contadas y honrosas excepciones.

Me da la impresión que a estas alturas el gobierno no dispone todavía de un modelo descentralizador de competencias en el transporte. En este, como en otros casos de otras CCAA, caben tres soluciones:

Traspasar la actividad, que no sólo la gestión, a un nuevo operador, autonómico público o privado, e integrar los activos ligados a la operación, plantilla, etc en la administración autonómica o en una operadora dependiente de dicha institución (caso de FGC).

Aplicar las fórmulas concesionales previstas en la legislación vigente de tal manera que el titular de la concesión sea la administración autonómica u órgano en quien delegue, y la explotación sea realizada por una sociedad, RENFE Operadora u otra cualquiera, mediante el pago de un cánon por el importe del coste del servicio o cantidad que se pacte entre las partes.

Aplicar nuevas fórmulas, muy complejas y obtusas, bastante en boga, de ingeniería financiera, con participación o no en los riesgos derivados de los ingresos de explotación, derivados de las incertidumbres de la cuantificación de la demanda de viajes. Estas fórmulas suelen acabar en arbitrios como consecuencia de las desavenencias entre las partes cuando la rentabilidad de la explotación no es la esperada, cosa que ocurre con harta frecuencia.

De todas ellas, sin duda alguna, me inclino por la segunda. Es la más legal, con un soporte de jurisprudencia probada, ya experimentada y la más transparente. El explotador cobra un precio por su gestión y la prestación de los servicios y el titular del mismo –el órgano concedente- diseña y planifica la oferta y servicios de transporte que desea prestar. La concesión temporal garantiza que cuando ésta no se produzca en términos de eficiencia y calidad, la concesión revierte nuevamente al juego del mercado para obtener otro prestador más cualificado.

Este modelo, que el autor propuso en su día, es el que viene funcionando, sin problemas, en algunas experiencias de explotación de líneas entre la Comunidad de Madrid y Cercanías de RENFE Operadora. Casos de los servicios a Santa María de la Alameda en la sierra de Madrid o en la explotación de la línea a San Martín de la Vega y el Parque Warner, sobre una infraestructura, en este último caso, de la propia comunidad de Madrid.

Este sería el mejor modelo a trasladar al caso de Barcelona. Contratar a la explotadora de Cercanías-Media Distancia de RENFE Operadora la prestación de los servicios, bajo la gestión de la Generalidad o del órgano competente. Es, además, socialmente la menos arriesgada y conflictiva ya que no crea roces ni provoca desajustes laborales de consecuencias, hoy por hoy, imprevisibles.

Integrar las plantillas de dos grandes empresas ferroviarias, una de ámbito estatal y otra autonómico, con cambios de residencias, particiones de servicios corporativos, reasignación y revaloración de activos, etc es toda una aventura de gran calado y una apuesta por complicaciones innecesarias. En este caso ¿asumiría FGC toda la plantilla afecta al servicio más la parte corporativa correspondiente, los activos en trenes, muy caros, y otros activos productivos como bases de mantenimiento, talleres, etc y sus respectivos costes? ¿y los costes productivos de años sucesivos? Es de suponer que sí. De lo contrario, no sería una trasferencia sino una bicoca. Y para bicocas está el Estado.

Por otro lado, aventurarse en planes de ingeniería financiera entre dos instituciones públicas del estado, entre dos administraciones, es violentar y convertir en papel mojado toda la legislación de contratación pública del Estado y las CCAA. Estas aventuras suelen ser del agrado, obviamente, de aquellos agentes privados, lobbies de fabricantes de material, grandes grupos constructores, y todos aquellos grandes proveedores que pululan en torno al ferrocarril, que desean implicar en los riesgos a los titulares de los servicios y protegerse de cualquier contingencia que dicte el mercado.

Me da la impresión que está muy próximo a consumarse un despropósito, cuyas consecuencias no sólo van a pagar los clientes y usuarios de las cercanías catalanas. Debe ser tan grande el furor por hacerse con competencias, sean las que sean, y cuanto más grandes mejor, que hace que el cómo no sea, a ojos de los políticos, lo más relevante e importante en este momento, que sí lo es.

No me gustaría equivocarme al decir que si el propósito se consuma, en un plazo no muy dilatado veríamos como, a la antigua usanza del gran hospital que en el franquismo fue el extinto INI, veríamos retornar al Padre Estado los juguetes rotos de las Rodalies. Las últimas arremetidas políticas y mediáticas a costa de las incidencias de estos últimos meses así parecen indicarlo.

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